Dr. Hugo Crisponi – Director Médico de SANAR Salud Natural Argentina – hcrisponi@gmail.com
El agua marina tiene un valor único ya que tomándola facilitamos al cuerpo todos los elementos de la tabla periódica, lo que no se puede conseguir con otro alimento o bebida. El agua de mar está compuesta por sales minerales que necesitan nuestras células para cumplir correctamente con sus funciones.
A diferencia de la sal común que solo es 100% Cloruro de Sodio, posee un 86% de Cloruro de Sodio y en el 14% restante de su composición hay Magnesio, Potasio, Calcio, Fósforo, Flúor, Molibdeno, Zinc, Cobre, Yodo, Hierro, Selenio y Manganeso. Todos estos minerales y oligoelementos los necesitamos en sus justas proporciones para el buen funcionamiento de nuestros órganos.
Por esto, el agua de mar actúa como alcalinizador del medio interno (si tenemos un pH alcalino será difícil que desarrollemos enfermedades), es regulador del medio interno, nutriente celular, reconstituyente, laxante, desinfectante y cicatrizante para infecciones de boca y neutralizador de la acidez de estómago. Todas las afecciones que pueden ser tratadas con esta bebida: desde obesidad hasta hipertensión, pasando por gastritis, hemorroides, estreñimiento, asma, resfríos, acné, psoriasis, artrosis, fibromialgia, osteoporosis y una larga lista de etcéteras. Todo apunta, y cada vez con más determinación, a que la ingesta de agua de mar en las formas que mejor acepta y agradece nuestro paladar, puede ser una de las más potentes herramientas que nos ayuden a luchar contra la obesidad y contra la hipertensión y la diabetes que la acompañan.
Además, tomada antes de comer calma el apetito, lo cual la hace apropiada para problemas alimenticios.
Se debe romper con el mito que una persona no puede vivir más de tres días bebiendo exclusivamente agua de mar.
Cómo se debe consumir el agua de mar?
El agua marina tiene una concentración de sales 36 gramos por litro, cuando nuestro medio interno tiene 9 gramos por litro.
Si no la tomamos adecuadamente, nuestra concentración de sal sube tanto que los tejidos del cuerpo deben liberar agua para que la proporción de sales que hemos tomado vuelva a ser de 9 gramos por litro. Y eso conduce a diarreas y a la deshidratación.
Cómo debemos beberla en el día a día?
La manera más cómoda es beberla de forma isotónica. Eso se puede hacer rebajando agua de mar con agua dulce o bien añadiendo el agua de mar al agua dulce.
La cantidad recomendada es una proporción de una de parte de agua de mar por tres partes de agua dulce o zumos de frutas.
Se deben tomar tres precauciones antes de iniciar el consumo.
– La primera es comprobar que no somos intolerantes al agua de mar tomando pequeñas cantidades para verificar que sienta bien.
– La segunda es calcular la cantidad y frecuencia de bebida ya que hay gente que es más propensa que otra a tener diarrea al beber agua de mar.
– La tercera es hacer mezclas con zumos o bien con agua normal con unas gotas de limón.
Esta última alternativa es para favorecer el gusto de la solución. Todo esto dando por supuesto que no sufrimos de ninguna enfermedad o que la ingesta de sal no sea contraproducente.
Como paso intermedio, es bueno enriquecer el agua normal aunque sea con un tapón por litro con lo que conseguimos una excelente agua mineral con más componentes que cualquier agua de manantial.
Otra forma de tomar la sal marina para finalidades más concretas es de manera hipertónica (sin diluir), y en cantidad abundante si queremos que actúe como laxante o purgante.
También podemos ingerirla igualmente hipertónica pero en pequeños sorbos como desinfectante bucal, dentífrico o colutorio.
Otro uso muy apropiado del agua de mar es en la cocina. La sal de cocina convencional es una sal muerta que sólo tiene cloruro de sodio y, en los mejores de los casos, yodo.
La gran cantidad de sal que la industria añade a los alimentos supera la capacidad que tienen los riñones para asimilarla, por lo que la ingesta de agua de mar aboga en un uso más racional de la sal para la salud de nuestro organismo.
Toda esta información debe ser consultada con un profesional médico, quien de acuerdo a las características del paciente, diseñará la forma, la frecuencia, el seguimiento y los cuidados a tener en cuenta en la ingesta de agua de mar, para mejorar la salud y la calidad de vida.
