Ps. Silvia Venerucci – Coordinadora de la Diplomatura Descodificación Biológica – silviavener@hotmail.com
El duelo es un proceso natural que prácticamente todo ser humano experimentará a lo largo de su vida tras la pérdida de un ser querido.
Sin embargo, los factores individuales de cada persona, pueden influir en la vivencia personal del duelo, pudiendo incluso desarrollar formas patológicas de éste. La muerte de un ser querido tiene efectos estresantes sobre la persona, por un lado esta ha de adaptar su vida en ausencia de la persona fallecida, y también se enfrentará a la idea de su propia mortalidad. Es la respuesta emocional humana única, universal y dolorosa que se produce ante la pérdida de una cosa, persona o valor con el que previamente se había establecido un vínculo afectivo. Es el proceso de adaptación que conlleva cualquier pérdida significativa, no es una enfermedad. Aunque hay algunas fases del duelo reconocibles e identificadas por la psicología, el luto es distinto para cada persona y no es algo que necesariamente debamos o logremos «superar».
Etapas
Desde 1969 en este campo de la psicología domina la teoría de las 5 fases del duelo, desarrollada por la Psiquiatra suizo-estadounidense Elisabeth Kübler-Ross. En su libro Sobre la muerte y el morir presentó este modelo general de cinco etapas de duelo que explican cómo se sienten las personas en distintos momentos de su luto y cómo tienden a actuar.
1. Etapa de la negación: No puedo creer que no lo veré más. Debe haber un error. Esa negación puede inicialmente amortiguar el golpe de la muerte de un ser querido y aplazar parte del dolor.
2. Etapa de la ira: enojo contra Dios, la medicina, la vida, etc. En esta fase son característicos los sentimientos de rabia y resentimiento, así como la búsqueda de responsables o culpables. La ira aparece ante la frustración de que la muerte es irreversible
4. Etapa de la depresión: Cómo voy a seguir viviendo sin esta persona? La tristeza profunda y la sensación de vacío son características de esta fase, cuyo nombre no se refiere a una depresión clínica, como un problema de salud mental, sino a un conjunto de emociones vinculadas a la tristeza naturales ante la pérdida de un ser querido.
3. Etapa de la negociación: Y si hubiera hecho esto o lo otro. En esta fase las personas fantasean con la idea de que se puede revertir o cambiar el hecho de la muerte.
5. Etapa de la aceptación. Una vez aceptada la pérdida, las personas en duelo aprenden a convivir con su dolor emocional en un mundo en el que el ser querido ya no está. Recuperan su capacidad de funcionamiento normal, se logra una estabilidad emocional, vuelven los hábitos de alimentación, sueño y pueden recuperar la capacidad de experimentar alegría y placer.
Pero según los expertos las personas no pasan necesariamente por todas estas etapas ni en ese orden específico, así que el duelo se puede manifestar de distintas maneras y en momentos diferentes para cada persona.
Al principio del proceso de duelo es normal que ocurra esto, pero mantenido en el tiempo puede desembocar en un duelo patológico, complicado o no resuelto, que podría definirse como la intensificación del duelo al nivel en que la persona está desbordada, recurre a conductas desadaptativas, o permanece inacabablemente en este estado sin avanzar en el proceso del duelo hacia su resolución (Horowitz, 1980).
Sin embargo hay que estar atento por si aparecen ciertos síntomas que pueden indicarnos que no estamos ante una reacción de duelo normal, como por ejemplo: Deterioro funcional acusado y prolongado, es decir no poder desenvolverse de forma ágil en las actividades de la vida cotidiana.
Experiencias alucinatorias distintas a las de escuchar la voz o ver la imagen fugaz de la per-sona fallecida, que estas si pueden ser normales en un proceso de duelo. Tener sentimientos prolongados o reiterados e intensos de culpa por cosas que hemos hecho o dejado de hacer, con o por la persona querida. Pensamientos recurrentes de que es el doliente el que debería haber muerto en vez de la persona querida etc.
Herramientas
En la Terapia Transgeneracional, tendremos en cuenta Asuntos importantes pendientes de resolver, por ejemplo: Sensación de no vivir su vida, Duelo transgeneracional bloqueado, Depresión coyuntural, posible duelo bloqueado en fase de tristeza o de ira disfrazada en tristeza.
El Dr Salomon Sellam, en el libro El Síndrome del Yacente afirma que en todo el transgeneracional es la gestión de las muertes injustificadas e injustificables. Vamos a hablar de las defunciones no admitidas por el inconsciente del clan, por ejemplo los abortos, los niños muertos, jóvenes fallecidos en accidentes, etc. Los yacentes son personas a las que sus familiares proyectan la falta de otros que murieron de forma traumática o prematura. Indica que un conjunto de características determinan la vida, es decir que puede marcar la vida de una persona de tal manera que sienta que no la vive, se siente dividida, siempre está indecisa. Lo que ocurre, es que la persona que nace, hereda el inconsciente de la persona fallecida. Tiene un discurso característico como el tono mono-corde, soporífero, siente tristeza desde niño, pivotea entre la dependencia y la inhibición. Generalmente siente cansancio, pocas fuerzas, apenas puede se acuesta a dormir. Es como si tuviera dos personalidades, una que ríe y otra que llora.
La terapia de duelo permite al paciente entender y reconocer los aspectos normales del proceso de duelo, le ayuda a hacer frente al dolor asociado con la pérdida, a sentirse apoyado en un momento tan delicado y de importantes cambios en su vida y a desarrollar estrategias para poder superar esta situación de manera saludable.