Se basa en el concepto de que los miembros de una familia perciben las sensaciones de quienes representan, aunque no haya habido un contacto previo. Esto ayuda a aclarar los asuntos pendientes, delimitando la responsabilidad y lugar de cada individuo dentro del sistema familiar, social y laboral, para restituir el orden original. El método fue desarrollado por el teólogo alemán Bert Hellinger y consiste en que cada persona con ayuda de representantes, configura su constelación familiar, sacando conclusiones del estado del sistema, buscando soluciones de los problemas que se plantean. Las personas son capaces de percibir patrones y estructuras en las relaciones, quedando memorizadas, sirviendo como esquemas afectivos que definen su actuar.